Mis sexenios (4)
José Guadalupe Robledo Guerrero.
¿Por qué Autonomía y no “Catón”
para Rector?
Cuando se supo que Arnoldo Villarreal Zertuche renunciaría
a la Rectoría para postularse como candidato a Diputado federal,
la Fesuc (Federación de Estudiantes de Saltillo) le solicitó
al gobernador Eulalio Gutiérrez Treviño que la Junta de Gobierno
nombrara a Armando Fuentes Aguirre (“Catón”) como Rector.
Esa fue la petición original que antes del movimiento
por la Autonomía impulsaron los dirigentes de la Corporación
(los córporos), con la cual no estuvo de acuerdo una buena parte
de los grupos estudiantiles de Torreón, pues además de que
no simpatizaban con “Catón”, deseaban que el Rector fuera
lagunero, por eso apoyaron a Villegas Rico en su intención de imponer
a Jorge Mario Cárdenas. Desde entonces, los laguneros soñaban
con la constitución de la Universidad Autónoma de la Laguna,
proyecto empresarial que tiene como fin último la creación
del Estado Libre y Soberano de La Laguna. Y hasta la fecha.
Eran los córporos quienes querían que “Catón”
se convirtiera en Rector cuando Arnoldo Villarreal dejara vacante el cargo
universitario, pero la petición se cambiaría por la exigencia
de la Autonomía, debido a que Villegas Rico se empecinó en
imponer a Jorge Mario Cárdenas.
A la corriente estudiantil de los “comunistas”,
cuyas bases principales estaban en Economía, la Preparatoria Nocturna,
Trabajo, Social, Ingeniería Civil y Arquitectura, poco le importaba
quien fuera el Rector, ni candidato teníamos, pero no estábamos
de acuerdo en que el gobierno gutierrista impusiera al Rector, sin tomar
en cuenta la propuesta de la Fesuc.
Personalmente no conocía a “Catón”.
Fue hasta finales de 1972 o principios del 73, cuando en cierta ocasión
Pablo Reyes, entonces Presidente de la Fesuc, me invitó a una plática
que un pequeño grupo de estudiantes universitarios tendrían
con “Catón”. Acepté la invitación, y luego
de escuchar una conversación a todas luces prefabricada, seguramente
para atraer nuevas simpatías hacía Armando Fuentes, decidí
mantenerme al margen del proselitismo en favor de “Catón”.
Recuerdo que en aquella charla, queriendo quedar bien con todos los asistentes,
“Catón” dijo: Yo me propongo traer a Cristo a la Universidad.
Luego de ese exabrupto religioso, muy parecido al yunquismo
del panismo católico de ahora, miré a los compañeros
que allí estaban, embriagados por las seductoras palabras de “Catón”.
A mi sólo me causó una risa interior, pues tenía antecedentes
de “Catón” que no hablaban bien de su persona. Y hasta
la fecha.
Quizás por todo aquel amor cristiano que los córporos
y “Catón” se profesaban, fue por lo que luego lo combatieron
ferozmente. Pablo Reyes fue uno de sus principales acusadores, luego de
la traición que según él les había hecho Armando
Fuentes. ¿Pero qué hizo “Catón”? Armando
Fuentes Aguirre, candidato de los córporos, estuvo de acuerdo en
que la Fesuc le pidiera a la Junta de Gobierno que lo designara Rector,
pero cuando Villegas Rico insistió en desoir la propuesta estudiantil,
“Catón” no estuvo dispuesto a enfrentarse con el gobierno
en un movimiento por conseguir su deseo.
La actitud de “Catón”, tal vez se debió
a que desconfiaba del triunfo de la lucha, o quizás tenían
razón sus opositores, que en aquel tiempo afirmaban: “Armando
Fuentes Aguirre no es de fiar, es pro-gobernista y será un mal Rector”,
y agregaban recordando su triste papel en el movimiento del 68: “no
es ‘Catón’, es zacatón”.
Actualmente, sigo pensando que el principal error de “Catón”
fue no haber aceptado luchar con los estudiantes por lograr su aspiración.
Eso fue el inicio de su desprestigio ante los líderes estudiantiles,
que después no quisieron darle su apoyo para la Rectoría,
incluso lo combatieron como traidor, idea que aún subsiste en la
mente adulta de aquellos estudiantes de los 70.
Para evitar la imposición de Jorge Mario Cárdenas, los líderes
estudiantiles optaron por exigir la Autonomía de la Universidad de
Coahuila, pues a final de cuentas con ella se tendría la facultad
de elegir al Rector que determinaran las mayorías. La Autonomía
universitaria era un concepto del cual se conocía su significado
y las experiencias de autogestión, pues desde meses antes erámos
lectores de algunos folletos editados en la UNAM que hablaban profundamente
del asunto.
Por esa razón nadie se sorprendió cuando
se planteó la alternativa, menos cuando se supo la actitud de Armando
Fuentes. El momento en que se evidenció lo que los córporos
calificaron de traición de “Catón”, fue cuando
un grupo de dirigentes de la Fesuc se entrevistaron con el gobernador Eulalio
Gutiérrez con la intención de reclamarle su actitud engañosa,
pues cuando se le propuso a “Catón” como sucesor de Arnoldo
Villarreal, él estuvo de acuerdo, pero en ese momento se sabía
que el gobierno gutierrista iba a imponer a Jorge Mario Cárdenas.
Ante la actitud belicosa de los líderes estudiantiles,
el gobernador explicó sus razones: Según Eulalio Gutiérrez,
días antes había platicado con Armando Fuentes, lo puso al
tanto de la propuesta estudiantil de pedirlo como Rector, pero también
le dijo que la Junta de Gobierno estaba analizando la posibilidad de nombrar
al lagunero Jorge Mario Cárdenas, pero temían que eso provocara
un conflicto con los universitarios saltillenses, y por lo tanto le pedían
su opinión, y obviamente su apoyo para desactivar cualquier movimiento
estudiantil.
Según el gobernador, “Catón”
a su estilo le dijo que él nada tenía que ver con la petición
estudiantil, que era una propuesta que agradecía, pero que él
era institucional, y que no participaría en ningún conflicto
universitario ni permitiría que lo tomaran como bandera. Por esa
razón, concluyó el gobernador, la Junta de gobierno vio la
posibilidad de nombrar a otro Rector.
La errónea actitud de Armando Fuentes liberó
a los córporos del compromiso político de llevarlo a la Rectoría,
pero también se ganó la animadversión de toda una generación
y frustró sus aspiraciones rectorales para siempre. Por eso, luego
de conseguir la Autonomía Universitaria no hubo oposición
al planteamiento de posponer la elección del Rector para después
de la elaboración de la legislación universitaria: La Declaración
de Principios y el Estatuto.
En aquel tiempo, hubo quienes pensaron que retardar la
elección rectoral era para obstaculizar la llegada de Armando Fuentes
Aguirre, quien independientemente de la malquerencia de los córporos
seguía siendo el candidato natural a la Rectoría, debido al
proselitismo que en su favor habían realizado antes de “su
traición”.
No hay duda que las aspiraciones rectorales de “Catón”
se obstaculizaban al posponer las elecciones, y no dudo que ese era uno
de los objetivos de los córporos para invalidar la posible candidatura
de “Catón”. Tampoco dudo que para ese momento, los córporos
ya habían realizado un pacto con Melchor de los Santos, para que
éste se quedara dirigiendo la Universidad, mientras ellos eran el
poder trás el trono.
De todo eso no hay duda, pero en ese momento había
otras circunstancias más importantes que la sola obstaculización
de “Catón”, mismas que preocupaba a los córporos
y que dificultaban sus ambiciones de poder. Para empezar, los estudiantes
sólo representábamos un sector más de la comunidad
universitaria. Por otro lado estaban los profesores, los trabajadores administrativos
y manuales, además de los grupos que no estuvieron de acuerdo con
el movimiento. En ese instante todos manifestaban sus intereses, y debían
tomarse en cuenta.
Por mucho prestigio que en ese momento tenían los
líderes estudiantiles saltillenses, ya con el decreto de Autonomía
hubiera sido muy temerario tratar de imponer a determinado Rector sin caer
en el divisionismo entre los grupos y sectores universitarios, pues ese
error lo estaban esperando los oportunistas y el gobierno, para demostrar
que éramos incapaces de autogobernar a la Universidad.
La otra razón era, que Armando Fuentes Aguirre ya
no contaba con las simpatías de los córporos, al contrario,
era objeto de una virulenta animadversión. Entre algunos líderes
estudiantiles se le calificaba como esquirol y traidor, incluso sus detractores
aseguraban, que desde el inicio del movimiento por la Autonomía,
“Catón” le había hecho saber al gobierno que él
no estaba de acuerdo con la Autonomía ni con la forma de conseguirla.
En otras palabras, estaba en contra del movimiento.
También en pequeños grupos se comentaba que
algunos líderes, como Mario Arizpe, trataban de apoderarse de la
Universidad. Sin embargo, muchos no hicieron caso a los comentarios, los
consideraron tendenciosos y divisionistas. No se dudaba que esos comentarios
fueran ciertos, pero se sabía que detrás de los rumores, se
encontraban los oportunistas, el gobierno, y uno que otro que quería
restarle presencia política a ciertos dirigentes solo con el afán
de joder.
Después del movimiento de la Autonomía, en el seno de los
dos principales grupos estudiantiles (córporos y “comunistas)
ya se incubaba la lucha fraticida. El gobierno gutierrista, a través
de Villegas Rico y Luis Horacio Salinas, había infiltrado a los grupos
estudiantiles para provocar la división, satanizando a los dirigentes.
Mario Arizpe fue uno de los cuestionado, debido a que tenía un claro
proyecto universitario, para muchos individualista, además de una
gran influencia. Por tal motivo terminó enfrentándose al grupo
al que pertenecía.
Años después que me reencontré con Mario Arizpe abordé
el tema de su renuncia a Extensión Universitaria, y le pregunté
a qué se debieron las desavenencias con sus compañeros. Me
pareció que no quería hablar del asunto, por eso recibí
una respuesta lacónica: “Fue cuestión de jotos”,
me dijo sin más explicación.
Esto explica en parte, que un año y meses después
del decreto de Autonomía, a finales de 1974, Mario Arizpe, el otrora
poderoso líder estudiantil renunciaba a la Dirección de Extensión
Universitaria de la UAC, enemistado con su grupo, los córporos, y
acusado de querer controlar la Universidad para sus fines personales. Por
mi parte, cuando comencé a recibir “el fuego amigo” sobre
mi “autoritarismo”, decidí emigrar a San Luis Potosí
en donde asesoré obreros en la constitución de sus sindicatos,
y participé en organizaciones campesinas en la Huasteca Potosina.
Emigré a San Luis Potosí a finales de 1974,
luego de participar en las comisiones electas por el Consejo Universitario
para la elaboración de la legislación universitaria. Por eso
tuve la oportunidad de estar en la discusión de las principales cláusulas
del Estatuto y en la total elaboración de la Declaración de
Principios.
Desde el primer día de vida autónoma, salieron
a relucir los dos proyectos de universidad que los grupos de dirigentes
universitarios habían diseñado para la UAC. Los “comunistas”
planteaban que los universitarios debería ponerse al servicio del
pueblo, que se elevara el nivel académico, cultural y científico
de la Universidad, que se abrieran las puertas de la UAC a los problemas
sociales y que saliéramos a la calle a organizar obreros, campesinos
y colonos, con el fin de apoyar sus demandas económicas y sus aspiraciones
reivindicativas y políticas.
Los córporos insistieron en que la Universidad se
encerrara en sus recintos para organizarla administrativamente. Este plantea-
miento fue finalmente impuesto por los córporos, pues tenían
el control de la estructura adminis- trativa y el manejo de los recursos
universitarios. Tenían también una asociación política
con Melchor de los Santos, quien era de los mismos, y los acuerdos con el
gobierno gutierrista les aseguraba que ningún político metería
las manos en la naciente UAC, mientras ellos la manejaran dócilmente.
En el Consejo Universitario Paritario recayó la
responsabilidad de elaborar los documentos que normarían todas las
actividades del quehacer de la UAC, y el Secretario General de la Universidad,
Melchor de los Santos, se quedó Encargado del Despacho de Rectoría
mientras se terminaba la legislación universitaria.
El ingreso de Melchor De los Santos Ordóñez
a la Universidad y su llegada a Rectoría, está relacionada
con dos movimientos estudiantiles anteriores a la Autonomía. El primero,
fue la lucha que dieron en 1971 los estudiantes de la escuela de Economía
del IEPS (Instituto de Estudios Profesionales de Saltillo), para conseguir
su absorción a la Universidad de Coahuila. Ante la sordera de la
Junta de Gobierno, los estudiantes de Economía realizaron un plantón
de 30 días frente a Palacio de Gobierno, apoyados por las escuelas
universitarias donde imperaba la corriente de los “comunistas”.
El plantón frente a Palacio dio resultado, la Junta
de Gobierno decidió que la Universidad de Coahuila absorbiera a la
escuela de Economía del IEPS, que era una institución para
trabajadores, como todas las que creó el Dr. Mariano Narváez,
algunas de las cuales fueron absorbidas por la Universidad, como: Economía,
Preparatoria Nocturna, Arquitectura e Ingeniería Civil. Por eso todas
estas escuelas fueron, en el movimiento de Autonomía, parte de una
misma corriente de pensamiento, pues tienen el mismo origen social y académico.
Incluso en dichas escuelas aún subsisten turnos nocturnos para trabajadores.
Melchor de los Santos fue parte del movimiento, pues era
Secretario de Economía, y el Director era Enrique Martínez
y Martínez. Al ser absorbida Economía, Melchor continúo
como Secretario de la escuela y profesor, allí se encargaría
del despacho de la Dirección mientras se organizaba la planta de
docentes, ya que la mayor parte de los profesores se declararon pro gobiernistas
y abandonaron la escuela cuando inició el movimiento por la absorción.
En este movimiento nacieron como dirigentes universitarios
algunos estudiantes que mucho hicieron por su escuela y por la Universidad:
Carlos Fonseca de León, Joel Ramírez Alvarado, Lucila Córdova,
Mario Valencia Hernández y Ricardo Valdez Silva, entre otros más.
A ellos se debe que la UAC cuente con el complejo de Campo Redondo, pues
en aquellos tiempos le solicitaron los terrenos al Secretario Patrimonio
Nacional: Horacio Flores de la Peña, quien se autodefinía
como marxista. También solicitaron el permiso para una radiodifusora
universitaria, petición que le hicieron al entonces Secretario de
Gobernación: Mario Moya Palencia, pero hasta la fecha no se ha concedido.
Melchor tenía pocos meses de haber ingresado a la
Universidad y de fungir como Director de Economía, cuando en 1972
se realizó en el Ateneo Fuente un movimiento estudiantil que puso
en huelga a los preparatorianos, cuya demanda principal era la expulsión
de un grupo de malos profesores, entre ellos el Director, Arturo Moncada.
Este fue el segundo movimiento relacionado con el vertiginoso ascenso de
Melchor en la estructura de gobierno de la Universidad.
En el momento del movimiento ateneísta, la Fesuc
ya estaba consolidada. El Rector era Arnoldo Villarreal Zertuche y en la
Secretaría General de la Universidad estaba Armando Fuentes Aguirre
“Catón”. Por la otra parte, el líder estudiantil
del Ateneo fue Oscar Pimentel González, Presidente de la Sociedad
de Alumnos.
El movimiento del Ateneo despertó el interés
de las autoridades universitarias. Por un lado, Armando Fuentes deseaba
que cayera el Director, pues quería sustituirlo. “Catón”
quería la Dirección del Ateneo Fuente para hacer labor de
proselitismo a favor de su estrategia futurista de llegar a la Rectoría.
El Ateneo, además de ser símbolo de la Universidad, siempre
ha sido, al igual que la Preparatoria Nocturna, una escuela populosa. Por
otro lado, Arnoldo Villarreal Zertuche, deseaba sacudirse a “Catón”
de la Secretaría General, pues ya no aguantaba su futurismo. En reiteradas
ocasiones les hizo saber a algunos líderes estudiantiles sobre las
aspiraciones desmedidas de su subalterno.
Por ese entonces se rumoraba que Óscar Pimentel
había realizado el movimiento para ayudar a “Catón”
en sus aspiraciones rectorales. La estrategia era situar a Armando Fuentes
en la Dirección del Ateneo, con el fin de iniciar su campaña
como candidato a la Rectoría, pues en ese preciso momento, Armando
Fuentes tenía la simpatía de todos líderes estudiantiles
de Saltillo identificados con la Corporación, y Óscar Pimentel
era córporo.
Los ateneístas consiguieron sus demandas, el Director
fue destituído y “Catón” renunció a la
Secretaría General de la Universidad para irse como Coordinador del
Ateneo Fuente. Para sustituir a “Catón”, los córporos
de la Fesuc le solicitaron a Villarreal Zertuche que nombrara a Melchor
de los Santos como Secretario General de la Universidad.
El Rector Villarreal aceptó la propuesta de los
córporos, lo que significaba un gran avance en sus estrategias. Por
una parte, “Catón”, el candidato de la Corporación
se iba al Ateneo; y por la otra, llegaba a la Secretaría General
alguien que estaba identificado con ellos.
Meses después se iniciaría el movimiento
de Autonomía, y Melchor apoyó a sus aliados, los córporos,
él fue quien les dio la llave de Rectoría para que entrarámos
al edificio sin causarle daños.
Después del movimiento de Autonomía , Melchor
de los Santos se quedó dirigiendo la UAC como Secretario General
Encargado del Despacho de Rectoría, cargo que desempeñó
durante dos años, para luego lanzar la convocatoria a elecciones
y postularse como el primer Rector de la Autonomía.
Como Secretario General Encargado del Despacho de Rectoría,
Melchor se deshizo de Mario Arizpe, invitó a la administración
de la UAC a un conjunto de oportunistas que nada tenían que ver con
la Universidad, se apoyó en Pablo Reyes, despolitizó a la
UAC y combatió a sus enemigos ideológicos hasta lograr su
expulsión. Pero Melchor nunca aceptó ser córporo.
Una vez resuelto el problema de la autoridad, con Melchor
al frente del gobierno universitario, el Consejo Universitario se dio a
la tarea de elaborar la Declaración de Principios y el Estatuto Universitario.
Esa labor se llevó a cabo en dos años, en los que sucedieron
las cosas que hoy explican la deplorable situación de la UAC...
(Continuará).
Mario Arizpe, la otra visión...
robledo_jgr@hotmail.com